La poderosa Volkswagen se salvó de forma dramática con el lanzamiento del Golf cuando estaba a punto de desaparecer por empeñarse en el viejo Escarabajo…
El último domingo de noviembre de 1973 apareció el cisne negro… algo improbable pero posible al fin y al cabo: una familia alemana cualquiera ha salido a montar en bicicleta, pero es una excursión un tanto especial y se paran cada dos por tres a hacerse fotos. Los niños se ríen, los padres están desconcertados… se han aventurado a circular por una autopista de esas en las que te pasan lanzados los Mercedes a 200 km/h.
Pero hoy no: a causa de (coged aire…) la crisis del petróleo derivada del embargo derivado de la guerra del Jom-Kippur entre Israel y países árabes, el gobierno alemán ha prohibido circular a los vehículos de motor durante cuatro domingos de aquí a Navidad y ha limitado la velocidad a 100 km/h en todas las vías durante seis meses.
Punto de partida
Hay ambiente de crisis y de grandes cambios en el mundo y en Volkswagen andan especialmente desesperados. La empresa cosechó grandes éxitos en los ’50 y ’60 con el Escarabajo pero no ha sabido planificar a tiempo un sucesor y ahora su modelo estrella se basa en un concepto anticuado, el “todo atrás”:
- motor bóxer (caro de fabricar y gastón)
- situado detrás y con tracción trasera (más difícil de controlar) y
- con refrigeración por aire (más ruido y peligro de recalentamiento)
Algunos años antes de la crisis, en 1968, Volkswagen producía el Escarabajo, la furgoneta jipilona “Bully” y el extraño Tipo 3, todos con el dichoso motor trasero refrigerado por aire. Las ventas no iban mal y casi toda la compañía se acomodaba en la autocomplacencia.
Aunque afortunadamente no todos andaban haciendo el avestruz con la cabeza metida en la tierra… porque en este año accede al sillón de presidente Kurt Lotz, quien ya entonces se debió dar cuenta de que la supervivencia de la compañía pasaba por cambiar radicalmente su manera de hacer las cosas.
Innovación, ideas y ocurrencias
Lotz se encontró con un prototipo de utilitario para sustituir al Escarabajo en fase inicial denominado EA 235a, con motor delantero refrigerado por agua y caja de cambios sobre el eje trasero (bueno… era un comienzo) y también en esta época se desarrolló otro prototipo, denominado EA 276, con el motor del Escarabajo montado delante y tracción delantera (no, tampoco es eso) pero ambos fueron desechados.
El prototipo que de verdad durante meses tuvo todas las papeletas para ser la nueva estrella de Volkswagen fue el denominado EA 266, desarrollado en comisión por Porsche, con tracción trasera y con el motor situado… bajo los asientos traseros. Y para 1971 el EA 266 está tan avanzado que ya se prepara su producción en serie: ¡por fin el Escarabajo tiene sucesor! Espera, parece que no…
Efectivamente, llega a VW un nuevo presidente, Rudolf Leiding, quien tras sólo tres semanas en el puesto decide cancelar el proyecto: desde su punto de vista, tan sólo esa disposición del motor habría supuesto un mantenimiento caro y complicado y para acceder a él los mecánicos habrían tenido que recibir clases de contorsionismo.
Así que tres años y muchos millones de Deutsche Mark más tarde, volvemos a la casilla de salida, pero mientras tanto la competencia (como suele pasar) no sólo no descansa, sino que en este caso además va muy por delante: en este mismo año Fiat lanza su moderno 127 y el siguiente Renault y Honda hacen lo propio con el R5 y el Civic, respectivamente, todos con la configuración moderna y definitiva para coches utilitarios, es decir, el “todo delante”:
- motor 4 cilindros en línea transversal (eficiente en consumo y espacio),
- situado delante y con tracción delantera (fácil de controlar al límite) y
- con refrigeración por agua (más silencioso y menos calentones)
Así que mientras en Europa italianos y franceses dominan el mercado con coches modernos, Volkswagen se dispone a empezar de nuevo, aunque afortunadamente sin tener que partir de cero: paralelamente al proyecto de Porsche se venía desarrollando in-house un cuarto prototipo, denominado EA 337 con todos sus elementos donde tienen que estar, según acabamos de ver. La pega: aún le faltan dos o tres años de desarrollo y la compañía está con el agua al cuello: el Escarabajo está cada vez más anticuado y ya se vende mal, la situación financiera es desastrosa y ahora habrá que sufragar los nuevos costes de desarrollo. Pero ya no les quedan opciones: se lo jugarán todo a esta única carta y aguantarán como puedan.
El EA 337 preveía un diseño esbozado en 1970 por Giorgietto Giugiaro. El briefing: coche compacto moderno “todo delante” con espacio interior más amplio que el del Escarabajo pero no más grande, con gran portón trasero y líneas angulosas según el gusto de la época. Porque eso sí parece que lo tenían todos claro: las curvas del Escarabajo ya no eran modernas… se podría decir en suma, que estamos ante la famosa cuadratura del círculo.
Estirando el chicle
Siguieron un par de años durísimos de desarrollo del nuevo proyecto, sumando costes mes tras mes. Además, muchos dentro y fuera de la empresa no creían en el nuevo concepto – la sombra del Escarabajo era muy alargada. Más inconvenientes: la crisis del petróleo hacía también de las suyas, la competencia sacaba nuevos modelos competitivos y modernos… en 1972 Opel supera a Volkswagen como productor número uno en Alemania y en 1973 la Volkswagen agoniza y está a punto de caer por el precipicio.
En estas aguas turbulentas, los de Wolfsburg siguen con sus planes, en los que sustituir al Escarabajo era el objetivo primordial pero no el único: se trataba de renovar la gama entera por una moderna, competitiva y eficiente. Así que mientras llega la estrella, en 1973 se lanza el Passat, diseñado también por Giugiaro y basado técnicamente en el Audi 80 lanzado un año antes – Audi había sido comprada por VW en 1966 y estaba más avanzada técnicamente.
En 1974 se lanza el Audi 50, que seis meses después se empezará a vender como Volkswagen Polo y ese mismo año se lanza un pequeño coupé, el Scirocco. Pero el sustituto del Escarabajo era la clave, si éste fallaba la empresa dejaría de existir.
Presentación: llega el Golf
Y por fin llegamos a mayo de 1974: se presenta en sociedad el que tendrá que ser el nuevo modelo estrella de VW, que se bautiza finalmente con el nombre de Golf en la mayoría de países salvo alguna excepción: en EEUU se llamará Rabbit, en México, Caribe y en Sudáfrica, Citi Golf. Y para finales de 1974 ya circulan por las calles de media Alemania (la otra media sólo podía permitirse un Trabant – si se me permite la broma) en esos colores tan setenteros: naranja, amarillo limón, verde menta, marrón, etc. Aunque en Volkswagen siguen predominando dos colores: lo siguen viendo negro, a causa de los números rojos – las pérdidas alcanzan ese año la cifra record de 807 millones de Marcos.
Pero en fin, ya se sabe que VW salió del agujero y el Golf fue un éxito rotundo – aparentemente fue el coche ideal en el momento adecuado. Ya en los primeros meses se vendieron en Alemania más Golf que todos los modelos de Opel juntos y de repente la otrora agonizante compañía del Escarabajo lideraba el mercado, tanto en ventas como en innovación: habría que esperar hasta 1979 para que Opel sacara su Kadett “todo delante” y a 1980 para que Ford hiciera lo propio.
Tres iconos por el precio de uno
Tan sólo un año después del lanzamiento del Golf, en el Salón del automóvil de Frankfurt de 1975 asoma en el stand de Volkswagen un Golf en “Rojo Marte” con ruedas más anchas, asientos con tela a cuadros, el volante con una spucknapf (“escupidera”) en el centro, el pomo de la palanca de cambios con forma de bola de… sí, golf, la parrilla delantera enmarcada con una línea roja y a un lado tres letras: GTI. Bajo el capó, el motor del Audi 80 GTE de 110 CV que permitían a este misil alcanzar los 182 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en nueve segundos mientras que el Golf normal necesitaba 16,5, ni más ni menos.
Con estos datos, el Golf une prestaciones y practicidad y acaba ganándose el favor del público, liderando como quien dice la democratización del carril izquierdo de la autopista. Inicialmente el Grupo prevé producir 5.000 unidades al año pero doce meses más tarde ya se han producido 50.000.
Y a principios de 1979 se lanza lo que será un tercer icono: el Golf Cabrio, que tomó el relevo del Escarabajo descapotable. Inicialmente, el concepto dio lugar a no pocas burlas, haciéndose popular en Alemania el apodo de Erdbeerkörbchen o “cestita de fresas” para los modelos pintados en rojo. Pero acabó siendo otro icono más creado por VW, que lanzaba así una vez más el modelo a seguir durante años, el de los descapotables con arco de seguridad a la vista.
Volkswagen Golf: el Legado
Admitámoslo, de vez en cuando es gratificante que los que se creen más listos queden en evidencia. Pues bien, en palabras de varios “infalibles” ejecutivos alemanes, “el éxito del Golf nos sorprendió a todos”. Y de qué manera: prácticamente desde su lanzamiento el Golf ha liderado las listas de ventas en el país teutón y se ha convertido en un icono de tal repercusión que en el sector se habla de la “clase del Golf” en lugar de la “clase compacta”.
Pero es que además, hoy en día aquel primer Golf comienza a ser objeto de deseo por parte de coleccionistas y aficionados, sobre todo en versión GTI y descapotable, claro, pero también los normalillos comienzan a ser valorados. Y es que aunque se fabricaron millones, cada vez quedan menos, sobre todo de los primeros años ya que, al ser fabricados con acero reciclado de alto contenido en cobre, han sido víctimas de lo que los alemanes llaman la peste marrón, el enemigo de los clásicos: el óxido. Además, la mayoría fueron víctimas del tuning y fueron pocos los que se salvaron y se conservan en estado original.
Epílogo
¿Y nuestra familia de ciclistas? Tras la crisis, el precio del petróleo se cuadruplicó y se sufrirían las consecuencias: subiría el paro, muchas empresas quebrarían… los setenta no fueron una década fácil. Ahora, más de 40 años más tarde, seguramente alguno de aquellos niños conduce la enésima generación del Golf, con su motor de combustión interna movido por gasoil, pero durante aquél paseo pocos habrían apostado por ello: ni por el petróleo ni por que Volkswagen lograría sustituir al dichoso Escarabajo.
DH
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