Echa un vistazo y alucina con los coches que cumplen 30 años en 2019, uno de los requisitos para que se puedan considerar y matricular como históricos…
Ahora también en España, cuando decimos “vehículo histórico” nos referimos a uno de propulsión mecánica con al menos 30 años de antigüedad. Siempre, como venía siendo la norma, que esté conservado y mantenido en condiciones históricamente correctas y que no sea utilizado como medio de transporte diario.
Y qué mejor momento que éste para echar un vistazo a los automóviles que van a cumplir los 30 años en 2019. Aunque hay que decir que a finales de los ’80 ya comienzan a instalarse en los coches cada vez más sistemas electrónicos. Así que nos encontramos con vehículos históricos que tienen un nivel de comodidad, seguridad y sofisticación que poco tienen que ver con un coche clásico en el sentido “clásico” (valga la redundancia) de la palabra y habrá que ver cómo se incorpora esto a esta afición.
En fin, vamos a ello. Con alguno seguro que tú… sí, tú… te quedarás sorprendido (“¿tanto tiempo ha pasado?”)… aunque a lo mejor por otro lado tú… sí, tú… aún no habías nacido…
Mercedes SL (R129)
Mucho se ha hablado de la proverbial dureza y durabilidad de los Mercedes. Es cierto que hoy en día digamos que se ajusta más a los cánones de la industria pero hasta los años ochenta la marca los hacía sólidos como rocas. Esto ha dado lugar a que con varios modelos se comente que “éste es el último verdadero Mercedes”. Es lo que pasa con este SL, en cuyo desarrollo los 27 prototipos recorrieron unos 5 millones de kilómetros durante los que sobre todo se afinó la electrónica con la que iba cargado. Se hicieron 213.089 unidades hasta 2001. Conoce toda la historia de Mercedes-Benz aquí.
BMW Serie 8 (E31)
A finales de los ochenta los coupés estaba de moda pero BMW se hizo esperar con el relevo del icónico serie 6. Sin embargo, lo que vino desconcertó un poco a los fans, que esperaban algo más ágil y deportivo. Dos adjetivos que el serie 8 no ofreció al público, que a su vez respondió con un interés limitado: tan sólo 31.000 unidades se hicieron hasta 1999. Con sus 1,8 toneladas el coche no sólo parecía pesado (frente al serie 6) sino que lo era, con lo que siempre tuvo fama de faltarle potencia, sobre todo en el crucial mercado americano. Y eso que venía cargado con todos los gadgets electrónicos que BMW podía ofrecer en aquel momento.
Toyota Celica
La quinta generación del Celica se vendió mal en nuestro país, donde los importadores todavía debían trabajar con cuotas que limitaban su presencia en el mercado. Aún así, el modelo es recordado por estas latitudes gracias a Carlos Sainz, quien en 1992 ganó con uno de ellos el campeonato del mundo de Rally. En otros países el coche tuvo mayor repercusión y Toyota a la complejísima suspensión activa gestionada electrónicamente, una novedad mundial.
Alfa Romeo SZ
Tras comprar la marca en 1986, Fiat quiso lanzar un Alfa Romeo super deportivo para recuperar el prestigio y la exclusividad que los de Milán venían dilapidando desde finales de los setenta. El resultado, el Sprint Zagato, no fue precisamente bello y se cuenta que los propios trabajadores de Alfa lo apodaron “el monstruo”. En defensa de Zagato, hay que decir que aparte de la fabricación, el carrocero aportó más bien poco al diseño básico, que fue concebido por Robert Opron, por aquel entonces jefe de diseño de Fiat y antaño responsable de los Citroën SM y CX. Sin embargo, tomando la base mecánica del Alfa 75 y sobre todo el glorioso motor de seis cilindros y tres litros de la marca, el resultado fue una maravilla a la hora de conducirlo por carreteras viradas. Se hicieron 1.036 unidades del coupé e incluso 278 descapotables.
Citroën XM
El sucesor del CX llegó al mercado con un diseño moderno pero que seguía siendo muy característico de la marca. También mantenía la proverbial comodidad de los Citroën gracias a su suspensión hidroneumática gestionada electrónicamente, una novedad mundial. Además, fue coche del año en 1990, lo que ayudó a que se vendiera muy bien… al principio, hasta que empezaron a gotear las quejas de los clientes por la poca fiabilidad del sistema eléctrico. Los problemas se fueron resolviendo durante la vida del modelo pero en automoción la mala fama es muy difícil de sanear y las ventas fueron cayendo constantemente hasta su desaparición en el año 2000, tras 330.000 unidades vendidas.
Land Rover Discovery
A mediados de los ochenta saltaba a la vista que entre el lujoso Range Rover y el rudimentario Land Rover a secas “de toda la vida” había sitio para un todoterreno que combinara las virtudes de ambos. El vehículo en cuestión daría además a la compañía mucho más volumen de ventas, esencial para su superviviencia. Y a pesar de su cuestionable fiabilidad y de usar componentes antiguos de la época de British Leyland, con sus múltiples virtudes el primer Discovery cumplió con creces y se consolidó en el mercado, donde ya va por su quinta generación. Se hicieron 353.843 unidades hasta 1998.
Ferrari 348 tb
Un año antes moría el Commendatore, así que el 348 era uno de los últimos modelos desarrollados bajo su supervisión. Lo primero que llamó la atención al público fueron naturalmente esas entradas de aire laterales con reminiscencias del Testarossa. Y lo segundo fue un comportamiento, digamos, especial cuando se conducía al límite, lo que le dio una fama que lo acompañaría hasta su desaparición en 1995. Sí, los ingenieros de la marca fueron corrigiendo esa tendencia caprichosa con modificaciones en la suspensión, pero hasta que no llegó su sucesor, el F355, los periodistas del motor no quedaron satisfechos. Tampoco ayudó al 348 que en el mismo año Honda lanzara el bombazo que viene a continuación. Aún así, con 8.844 unidades fabricadas no se vendió tan mal. Conoce todo sobre Enzo Ferrari aquí.
Honda NSX
El Honda NSX llegó a finales de los ’80 para cambiar para siempre el mercado de los coches superdeportivos. Hasta entonces, este apelativo estaba reservado a Ferrari y Lamborghini, con toneladas de carisma pero también con unos “acabados” y una “fiabilidad” que no merecían ese nombre. Con su calidad intachable, la facilidad de conducción y ese glorioso chasis calibrado por, atención… Ayrton Senna, el NSX cambió las reglas del juego y de repente muchos decidieron que ya no estaban dispuestos a conocer por su nombre a cada mecánico de su taller Ferrari de confianza y la marca del cavallino acabó poniéndose las pilas. Tras 18.737 unidades fabricadas hasta 2005 Honda no siguió con el proyecto y hubo que esperar más de veinte años para que llegara el sucesor.
Opel Calibra
El sucesor del Opel Manta tenía poco que ver con su progenitor: tracción delantera, cómodo y con un coeficiente de penetración al aire de 0,26 era el coche más aerodinámico de serie en aquel momento. Teniendo que competir con el Volkswagen Corrado presentado el año anterior, el Calibra lo tuvo fácil gracias a su precio más competitivo y las ventas superaron en algunos momentos las expectativas de la marca, que incluso tuvo que producirlo en la planta de Finlandia. Aunque algo compartió con su antecesor: a pesar de que se hicieron unos 240.000, la mayoría fueron maltratados a base de modificaciones y la conducción “deportiva” de muchos jóvenes conductores, sobre todo al saltar al mercado barato de segunda mano. Como consecuencia, hoy en día quedan bien pocos circulando.
Mazda MX-5
Este pequeño y divertido descapotable ligero se lanzó en una época en que estos coches no estaban de moda, pero la mezcla de roadster clásico británico con fiabilidad y precio japoneses resultó irresistible. Diseñado en California, tan sólo lucía un par de detalles ornamentales: los faros escamoteables (hoy en día todo un exotismo), los tiradores cromados de las puertas y las llantas retro tipo “minilite” británicas. Con esto sus creadores lograron algo insólito para un coche japonés: crear un coche reconocible que con los años parece que se va convirtiendo en un icono del diseño – el tiempo lo dirá. Una cosa está clara: cuando se hace un coche por apasionados para apasionados, y se cumplen los requerimientos de precio, diversión de conducción, fiabilidad y estética, el mercado está ahí para comprarlos – tan complicado y tan simple. Se hicieron 421.119 unidades hasta 1998. Conócelo mejor aquí.
Aston Martin Virage
El Virage se lanzó en una de las peores época para la marca británica. El V8 lanzado en 1972 se había quedado anticuado pero la compañía apenas disponía de medios económicos para desarrollar un nuevo modelo. Aún así, se pudo lanzar este precioso coupé, gracias quizás a haber recurrido a piezas de gran serie de aquí y de allá: los pilotos traseros, de VW Scirocco, los faros del Audi 200 y la dirección y otros componentes de General Motors, Jaguar y Ford o el motor desarrollado por Callaway en EEUU. Aún así, tras un par de años y 345 unidades la compañía no encontró compradores para los últimos chásis y reconoció que “nadie quería el Virage”, acaso por ser un anacronismo sobre ruedas debido a su enorme peso y falta de agilidad.
Lexus LS400
A mediados de los ochenta Toyota decidía competir a nivel mundial con Mercedes y BMW en el segmento de las limusinas representativas. Honda ya había dado el paso en 1986 con la creación de la marca Acura. Los de Toyota pensaron primero en comprar una marca existente (Jaguar, por ejemplo) pero finalmente desarrollaron un coche propio partiendo de cero. Y lo que ofrecieron al público en 1989 dejó en evidencia a los alemanes con una calidad de acabados y una suavidad de marcha como de otro planeta. Y es que el LS400 y sus más de 1.000 millones de inversión estaba desarrollado sin reparar en costes, un “tour de force” irrepetible. Por cierto que Nissan haría lo propio unos meses más tarde lanzando su marca Infiniti.
Porsche 911 (964)
Hasta los clientes de Porsche de esta época se habían vuelto más exigentes (o blandengues) y para la mayoría, el 911 lanzado en 1972 resultaba demasiado espartano y nervioso. Así que aquí llegaba el sucesor, en apariencia continuista pero cargado de sorpresas. Como la tracción integral, que respondía al miedo a ese culo respondón característico de siempre. O el alerón que se desplegaba eléctricamente daba una línea más pura y era un gadget llamativo típico del momento. Por lo demás, materiales y soluciones técnicas del 959, el supercoche del momento, también encontraban acomodo en el nuevo Nueveonce que con 63.762 unidades resultó un éxito. Afortunadamente para los de Zuffenhausen, ya que en estos años vivieron su peor crisis y estuvieron a punto de desaparecer. Conoce más sobre Porsche aquí.
Otros coches que cumplen 30 en 2019
En este año los franceses de PSA lanzaban junto al XM el Peugeot 605 con el que compartió mecánica… y los problemas eléctricos. En Alemania, Volkswagen lanzaba el espectacular Rallye Golf, versión con tracción integral y el motor del Corrado G60, con su compresor G y todo. En Italia, un año antes de ser absorbida por Fiat, Maserati lanzaba una nueva iteración del Biturbo que llamaron Shamal.
En Japón, veían la luz el Mazda RX-7 Cabrio, exótico descapotable con motor rotativo y el Subaru Legacy, con su motor boxer y la tracción a las cuatro ruedas. Al mismo tiempo, Nissan daba al mercado japonés el Pao, una curiosidad retro con elementos del Renault 4, el Citroën 2CV y el Fiat Nuova 500. En EEUU, GM lanzaba el Pontiac Trans Sport, el primer monovolumen con ambiciones deportivas, al menos estéticamente. Y en Australia, Ford usaba el nombre Capri para un nuevo descapotable, que nada tenía que ver con el modelo europeo.
Fotos: driveexperience.it, Mercedes-Benz, BMW, Alfa Romeo, Toyota, Volkswagen, Lexus, Jaguar Land Rover, RM Sothebys, Mazda, Maserati, Subaru, General Motors, Ferrari, Honda, PSA Group. Y la del Porsche es de ICON ROAD.
DH