Conoce los resultados y disfruta de las mejores imágenes de las subastas de clásicos de Arizona 2020, las primeras y más importantes del año…
Tras los diez días de subastas sin fin en Arizona, con siete casas ofreciendo miles de coches, ya se pueden sacar conclusiones acerca de cómo anda el mercado de los clásicos en 2020. La parte alta del mercado (los coches valorados en torno a un millón y más) se ha enfriado bastante. Sin embargo, tras el varapalo de Monterey en agosto pasado, las expectativas eran más nefastas de lo que al final se ha visto en enero.
Para empezar, la oferta de coches de altos vuelos era mucho menor de lo que venía siendo en la última década, con menos coches de más de un millón y (por primera vez en mucho tiempo) ninguno por encima de los ocho millones – sí, ya sé, vaya cifras… en fin. Además, la calidad media de los ofrecidos era menor, con muchos menos vehículos en estado excelente o de concurso, según Hagerty. Según cuentan, en EEUU ha desaparecido una ventaja fiscal clave, que permitía desgravarse los beneficios de la venta de un coche si estos se invertían en otro. Y ya sabemos que en general las expectativas económicas ya no son tan halagüeñas y ya no es momento de grandes ganancias con coches clásicos.
Dicho todo esto, se vendió el 77% de los lotes y la cifra total de ventas en Arizona este año ha sido de 244.1 millones de dólares, un 3% menos que el año pasado. Sin embargo, hay que leer entre líneas y, como dice Hagerty, se han vendido 574 coches más este año, con lo que el precio medio ha bajado bastante, concretamente hasta los 81.534 dólares.
Como se ve, las cifras generales no son tan malas, y es que la parte, digamos, “normal” del mercado está siendo igual de activa que siempre. Lo que indica que posiblemente se hayan retirado momentáneamente los especuladores de grandes cifras. Y, como concluyen en Hagerty’s, es el momento de comprar para disfrutar.
Destacados
Este año el coche más caro de Arizona fue este Ferrari F50 de 1995, vendido por Gooding & Company en 3.222.500 dólares, prácticamente el mínimo del rango estimado de entre 3,2 y 3,6 millones. Sólo se hicieron 349 unidades del F50 y éste se ofrecía con tan sólo 5.200 millas recorridas. Una muestra de los niveles que están alcanzando ya los clásicos de los ’90.
Sin embargo, al margen de la sorprendente popularidad de los youngtimers, hay viejos hierros que son eternos clásicos, como el segundo lote del ranking de Arizona: nada menos que un Hispano-Suiza J12 Dual Cowl Phaeton de 1932, uno de 120 unidades producidas, de las cuales al parecer sólo han sobrevivido diez versiones abiertas. Con su impresionante motor de 12 cilindros, su nuevo dueño tuvo a bien pagar 2,42 millones de dólares, por encima de su máximo estimado de dos millones.
De vez en cuando sale a la venta una de las 51 unidades fabricadas del Tucker 48 y casi nunca defraudan. Esta vez se trataba de un ejemplar original (salvo retoques de pintura) y bien documentado, con unas 6.000 millas recorridas y uno de los fabricados en la planta y no de los que se ensamblaron después de la quiebra. Además, fue uno de los que apareció en la (recomendable) película de Francis Ford Coppola ‘Tucker: El hombre y su sueño’. Vendido por Gooding & Company en 2.040.000 dólares, es el segundo Tucker que rompe la barrera de los dos millones
Dediquemos ahora un par de párrafos a varios Ferrari clásicos, empezando por un par de preciosos 330 GTS Spider de 1967: uno restauradísimo en color Giallo Fly de 1967 vendido por 1.985.000 $ y otro plateado por 1.710.000 $. También encontró un nuevo destino un muy deseable 365 GTS/4 Daytona Spider de 1972, uno de los 121 fabricados originalmente, con unas 40.000 millas, vendido por 1.930.000 $.
Completan el grupo un 212 Inter Cabriolet de 1951, precioso ejemplar de los comienzos de la Scuderia por 1.930.000 $ y un 250 GT Cabriolet SII de 1960 procedente de México con su “hardtop” original sin restaurar, vendido por 1.462.500 $.
Por cierto, si quieres conocer más sobre Ferrari, tienes aquí la historia de la marca, contada como siempre de una forma original y entretenida.
Lamborghini, el vecino del cavallino rampante, también tuvo cierto protagonismo en Arizona, con dos ejemplares de su mayor icono, el Miura, vendidos por cifras nada despreciables: un P400 SV de 1971 que llevaba cuatro décadas con el mismo propietario vendido por 1.391.000 $ y un P400 S de 1968 con sólo 15.455 km por 1.242.500 $. Sólo se hicieron 763 unidades de uno de los coches más bellos de la historia.
Pasamos ahora a otro icono, el Mercedes-Benz 300 SL, del que se ofrecieron seis unidades en Arizona que corrieron diferentes fortunas: sólo tres lograron venderse. El mejor (y más caro) fue un Coupé con “matching numbers” restaurado a conciencia que cambió de manos por 1.270.000 $.
Los otros dos fueron un par de Roadster: uno vendido por 973.000 en estado original bien conservado y con una preciosa combinación de Strawberry Red Metallic e interior en crema, equipado además con un “hardtop” en color marfil – y el otro por 940.000 $.
Ahora retrocedamos un poco en el tiempo y veamos qué ejemplares de preguerra destacaron en los eventos aparte del Hispano-Suiza J12. Por precio y rareza sin duda hay que mencionar aquí el Mercedes-Benz 540K Hebmuller Coupe de 1937 ofrecido por RM Sotheby’s, uno de los 32 ejemplares del Cabriolet A cuya capota se reemplazó en 1951 por un techo rígido. El coche ha estado cinco décadas en la misma familia y está sin restaurar, necesitando mucho cariño, lo que explica su precio contenido (para lo que es habitual en los 540K) de 995.000 $.
Otras preciosidades del periodo de entreguerras fueron un Cadillac Series 452 Fleetwood Sport Phaeton de 1930 vendido por 1.105.000 $ y un Auburn 852 Supercharged Speedster de 1936 por 880.000.
Finalmente, mencionaremos un Duesenberg Model J Willoughby Berline de 1930 por 605.000 y un muy americano Rolls-Royce Silver Ghost Piccadilly Special Roadster de 1924 blanco impoluto, vendido por 368.000 $.
Y terminamos el repaso a los destacados con más maravillas, sin seguir un orden concreto. Como este Porsche 914/6 GT de 1970, uno de los 16 ejemplares entregados a equipos privados, vencedor en su clase en las 24 horas de Daytona de 1971, vendido por 995.000 $.
Y qué decir de esta preciosidad, un Lancia Aurelia B24 Spider America de 1955 del que sólo se construyeron 240 unidades, vendido por 810.000 $, por debajo de lo que venía siendo habitual en este modelo, que ultimamente superaba casi siempre el millón.
Y en un suspiro dejo otros lotes que llamaron especialmente la tención, como un Volkswagen Karmann Ghia de 1974 con apenas 411 millas recorridas, vendido por 86.800 $, el triple de lo que marca la guía de Hagerty’s para este modelo en estado de concurso. O un Porsche 911 Carrera Turbo de 1979 por 390.000, el doble de lo cotizado por Hagerty’s para este modelo.
Luego está el Chevrolet Camaro COPO Sport Coupe de 1969 vendido por 1.094.500 $, el Chrysler-Ghia Plainsman Concept Station Wagon de 1956 inspirado en el salvaje oeste (ojo a los detalles) por 742.500 $ y el Dodge Viper RT/10 Roadster de 1992 que fue propiedad de Lee Iacocca por 285.500 $ y un Ford Bronco Custom de 1974 por 650.000.
Lotes sin vender
No son buenos tiempos para vender automóviles de varios millones. El que tenía que ser la estrella indiscutible este año en las subastas de Arizona 2020 volvió a rediles. Se trata de un precioso Alfa Romeo 8C 2300 Cabriolet Figoni de 1932, ofrecido por Bonhams. El rango de precio estimado no fue publicado, aunque en 2016 uno parecido se vendió en Pebble Beach por 11.990.000 $.
En esta ocasión se trataba de una unidad construida aparentemente a partir de dos donantes que habían sufrido accidentes importantes. Pero esta historia turbulenta no impidió que las pujas llegaran a los 8.700.000 $, lo que no fue suficiente para que su dueño decidiera separarse de él.
Tampoco fueron suficientes los 800.000 $ ofrecidos por un Lamborghini Miura S de 1969. Aunque necesitado de una buena restauración, tenía un estimado de entre 1 y 1,3 millones.
Varios Ferrari tampoco lograron cambiar de manos, destacando especialmente por un lado un 250 Europa de 1954 con 4.236 millas que “sólo” alcanzó los 1,4 M$ frente a un estimado de 1,5-1,7. Y por otro, un GTB/6C de 1965 con unos 57.000 km, cuya puja más alta de un millón estuvo lejos del estimado de entre 1,8 y 2,2 M$.
También fue especialmente ambicioso el dueño de un Ferrari 250 GT Series I Cabriolet con carrocería, motor y transmisión originales, que rechazó una puja de 5,5 M$ frente a un estimado de entre 6 y 7,8 millones.
Finalmente, mencionaremos aquí los tres Mercedes-Benz 300 SL que quedaron sin vender: un Coupe con un solo propietario desde 1962 con un precio estimado de entre 1 y 1,2 M$ y un par de Roadster uno de los cuales ofrecido por un rango (relatívamente para el modelo) razonable de entre 700.000 y 900.000 $.
Si quieres saber más sobre Mercedes-Benz, aquí tienes la historia de la marca, contada con el estilo propio de los artículos de ICON ROAD.
Mi preferido
Después del éxito de Shelby Cobra, los fabricantes británicos buscaron otros deportivos que pudieran recibir un trasplante de un V8 americano. Nuevamente fue Carroll Shelby quien se encargó de hacer las adaptaciones mecánicas y el propio Lord Rootes, fundador del Grupo Rootes y dueño de Sunbeam lo probó y quedó maravillado. A pesar de que, según cuenta la leyenda, había dejado puesto el freno de mano mientras lo probaba.
Rootes construyó 6.498 unidades del Tiger Mk I tanto en el volante a la izquierda como a la derecha de 1965 a 1966, y tan sólo 536 unidades del Mark II – dejó de fabricarse cuando Chrysler compró el Grupo Rootes y, como era de esperar, no quisieron vender un automóvil con un motor Ford.
Según RM Sotheby’s, este Sunbeam Tiger salió de la fábrica el 24 de enero de 1967 y se vendió a un entusiasta noruego de California. Luego el coche fue exportado a Noruega y tuvo varios dueños hasta que en 2002 lo compró su propietario actual… que ya no lo tiene porque en la subasta de Arizona RM Sotheby’s lo adjudicó por 70.000 “de los grandes”. Espectacular, aunque lo icónico de este modelo ha llevado su precio a cotas un poco excesivas ya.
Best of the rest
Aquí va una galería con el resto de vehículos que me han llamado la atención. En el caso de las casas de subastas que funcionan con mayor transparencia, figuran también los precios…
Las fotos son por cortesía de RM Sotheby’s, Bonhams, Gooding and Company, Worldwide Auctioneers y Barrett-Jackson.
DH