Disfruta de las mejores imágenes y conoce los resultados de las subastas de otoño 2020 de Zoute, Passion of Lifetime y más…
En estos tiempos tan extraños y con una pandemia campando a sus anchas por el mundo, éste no se para. Tampoco los aficionados y coleccionistas, que siguen invirtiendo en clásicos y participando activamente en las subastas. En estos comienzos de otoño de 2020 tuvieron lugar cinco destacables, algunas en formato “online” y otras presenciales aunque respetando las medidas anti-virus.
De ellas, la más importante fue la del 5 de septiembre organizada por Gooding en Londres, titulada “Passion of a Lifetime”, la pasión de toda una vida de un coleccionista muy exigente y meticuloso. Sólo fueron quince vehículos pero todo ellos modelos muy especiales, la mayoría de los cuales se vendieron por más de un millón.
Entre el 3 y el 5 de septiembre RM Sotheby’s organizó su 50 subasta anual de Auburn Fall, un evento masivo con más de 500 coches (sobre todo clásicos americanos) y 400 lotes de automobilia, recaudando unos 18 millones de dólares y vendiendo el 91% de los lotes.
Un poco más adelante, entre el 16 el 25 de septiembre, RM Sotheby’s organizó la venta “online” de la colección de coches y automobilia de Dennis Mitosinka,. La relativamente modesta recaudación de casi dos millones no refleja lo curioso y variado de lotes, uno de los cuales ha sido mi elegido como preferido – ver más abajo!
Finalmente, el 11 de octubre Bonhams organizó dos subastas, una a cada lado del Atlántico. Por un lado la de la Fundación Simeone en Filadelfia, con un porcentaje de costes vendidos del 82% y una recaudación de 3,3 millones de dólares. Y por otro la nueva edición de la subasta que tiene lugar todos los años en el balneario de Knokke-Heist, al norte de Bélgica. En este caso se vendió el 75% de los lotes, con una recaudación de 8,4 millones de euros.
Destacados
Dos maravillas se disputan el título de automóvil más destacado de estas subasta y también de todo el año. El más caro (por poco) acabó siendo este Bugatti Type 59 Sports de 1934, que perteneció al rey Leopoldo III de Bélgica. Pero más importante para los entusiastas es que se conserva en estado original pero totalmente funcional. Y luego está su trayectoria deportiva antes de ser aparcado en el garaje del mandatario.
Conducido entre otros por Louis Chiron, René Dreyfus, Piero Taruffi o Achille Varzi, este precioso bólido quedó primero en Spa y tercero en Mónaco en 1934, participando con éxito en eventos deportivos hasta su retirada en 1937. Todo ello le valió a su nuevo dueño 9.535.000 libras esterlinas, equivalentes a unos 12,6 millones de dólares. La cifra ha sido publicitada como récord para un Bugatti, aunque los 9,8 millones de dólares pagados en 1987 por el Bugatti Royale Kellner Coupe equivaldrían a unos 22 millones de hoy en día.
El segundo no tiene pedigrí deportivo pero es acaso uno de los modelos más bonitos y atractivos que se han hecho. Y escasos: sólo se hicieron 17 unidades del Bugatti Type 57S Atalante, habiéndose vendido esta unidad de 1937 por 10,5 millones de dólares.
Completa el podio de Londres un Bugatti Type 35C Grand Prix de 1928, fabricado en su día para participar en el equipo oficial en la icónica Targa Florio. Luego su primera dueña privada, Jannine Jenny, lo condujo a la victoria en la Copa de Borgoña y en años sucesivo participó en numerosas carreras por toda Europa. Hoy en día se conserva original pero en perfecto estado de funcionamiento y con una pátina espectacular. Y con sólo cuatro (ahora cinco) dueños previos. Vendido por 3.935.000 libras ó 5.233.550 $.
Seguimos con este siempre espectacular Lamborghini Miura P400 SV Speciale de 1971, una de 150 unidades de esta versión, encargada además con algunos requisitos especiales por su primer dueño, el industrial francés Jacques Dembiermont. Así, el motor montaba una lubricación experimental de cárter seco y diferencial auto-blocante. Sería esto y la lista de dueños importantes lo que llevó a alguien a pagar una cifra récord para los Miura y casi el doble que el récord anterior: 3.207.000 libras, equivalentes a 4,3 millones de dólares.
Otra joya de la colección cambió a su nuevo garaje a cambio de 3.011.000 libras (unos 4 M$) fue este Aston Martin DB3S de 1955. Pedido nuevo por la Escudería del Canguro (Kangaroo Stable), esta unidad participó en numerosos eventos deportivos en Australia y el resto del mundo, estableciendo por cierto además el récord australiano de velocidad en 1957 con una media de 230,44 km/h.
Hubo otros lotes de esta colección vendidos por encima de un millón, pero os los dejo más abajo para repasar las estrellas del resto de eventos. Que no se quedaron cortos, como el de Zoute, donde el coche más caro fue este precioso BMW 507 de 1959. Vendido nuevo al rey Constantino II de Grecia, esta unidad restaurada en los 90 está en perfecto estado y le valió aa su nuevo dueño 2,070,000 €.
Igual de bonita fue la segunda estrella de Knokke-Heiste: este Ferrari 250 GT Lusso Berlinetta de 1963, que viene de una reciente y minuciosa restauración certificada por el mismo fabricante. Una delicatessen cuya puja ganadora fue de 1.782.500 €.
El automóvil americano más caro de estos eventos fue este llamativo Auburn Eight Supercharged Speedster de 1935, vendido en la subasta de Auburn Fall por 770.000 $. En 1998, el Speedster fue adquirido por un entusiasta de toda la vida que tenía un motor Auburn original sobrealimentado que correspondía a esta unidad, uniéndolos de nuevo en una meticulosa restauración. Además, el automóvil conserva el carburador, filtro de aire y sumidero originales. Finalmente, la carrocería está acabada en Nassau Orange, un color original Auburn correcto de la época.
Otro americano de preguerra que destacó en Auburn Fall fue este Duesenberg Model J Tourster estilo Derham de 1936, vendido por 632.500 $.
A continuación destaco tres coches mucho menos costosos provenientes de un individuo tan rico como polémico. Se trata de tres Rolls-Royce Camargue Drophead Coupe. Sólo se hicieron 531 unidades de este coupé y estos fueron convertidos en descapotables por diferentes empresas y adquiridos en los 80 por Bikram Choudhury, el multimillonario profesor de yoga que creó el Bikram Yoga, condenado por abusos sexuales. Su espectacular colección de coches está ahora en liquidación. Los tres Camargue fueron vendidos por 50.600 $ (el blanco), 42.900 $ (el azul) y 49.500 $ (sí, el rojo).
Lotes sin vender
El coche más destacado que quedó sin vender en estas subastas fue este Aston Martin DB4 GT Zagato de 1961. Sólo se hicieron 19 unidades de este deseado modelo, que fue en su día el coche de «serie” más rápido del mundo.
La puja más alta fue de 6,3 millones de libras esterlinas, que no fue suficiente para que su dueño actual se separara de él, siendo el rango de estimado de entre 7 y 9 millones. Parece mucho dinero pero estas cifras están muy lejos de los 14 millones de dólares que se pagaron por uno en 2015.
Entre el resto de coches que quedaron sin vender mencionaré este tremendo Lamborghini Espada Series I de 1969 con un rango de precio estimado de entre 140.000 y 180.000 €…
…y este curioso Arnolt-Bristol DeLuxe S Coupé/Roadster de 1956, cuyo dueño pedía al menos 850.000 € por él.
Mi preferido
Esta vez me quedo con este Stutz Sport Custom de 1929, un auténtico Frankenstein del que renegaría cualquier purista, entre los que decididamente no me cuento. Un automóvil claramente fruto de la pasión. Es lo que algunos historiadores del hot rod denominan “sport custom”, un hot rod más lujoso basado en componentes de gama alta.
Se cree que esta unidad se construyó en la costa oeste de EEUU a fines de la década de 1940 o principios de la de 1950. Se hizo a partir de un chasis acortado de un Stutz de alrededor de 1929, con frenos hidráulicos Lockheed estándar de Stutz y ruedas de radios Stutz de 1929. Debajo del capó hay un genuino motor Stutz DV32 de ocho cilindros en línea de 1932, que envía su potencia a través de una transmisión Warner al eje trasero de un Auburn Twelve.
La carrocería artesanal de acero parece hecha a partir de un frontal y un parabrisas de un Auburn de 1928-1930, con un auténtico capó de Duesenberg Model J, un radiador modificado de un Cadillac V-16 de 1933 y guardabarros delanteros de un LaSalle de 1934. El salpicadero y los instrumentos provienen de un Cadillac V-16 de 1930-1931. Y como guinda, unos faros Marchal y las luces traseras de un Lincoln-Zephyr de 1937.
El automóvil fue adquirido en 1960 por Richard Greenwood de Hermosa Beach, California, y según los informes, se usó por última vez en la carretera en 1969. Desde entonces permaneció en gran parte olvidado, hasta que en 2010 fue adquirido por Dennis Mitosinka, un entusiasta de Stutz. Se vendió por 121.000 $ «tal como se encontraba”, acompañado de una selección de piezas de repuesto que se habían almacenado en el automóvil durante años.
Best of the rest
Aquí va una galería con el resto de los vehículos que me han llamado la atención de estas subastas. Incluyo los precios y para aquellos sin vender, el rango estimado…
Para más información no dejes de visitar los sitios de RM Sotheby’s, Bonhams y Gooding & Company.
DH