Conoce los “concept cars” más llamativos del siglo XX: atrevidos americanos, exóticos japoneses y exquisitos europeos de todas las épocas…
No, esta vez no empezaré diciendo aquello de que estuvieron ahí desde el principio porque no es así. Me refiero a los prototipos o mejor en inglés “concept cars” ya que “coche conceptual” se utiliza muy poco: esta vez tenemos que tolerar el anglicismo. En fin, la idea es pura mercadotecnia y como tal surgió en Norteamérica a finales de los años 30 y se consolidó (y de qué manera) en la década de los 50, dando el salto a Europa – como todo, claro.
Se trata de modelos normalmente únicos que los fabricantes y los diseñadores muestran al público en los medios de comunicación y en los salones del automóvil. El objetivo es variado, a veces se trata de mostrar la dirección que el diseño de la marca tomará en los próximos años, otras veces puede ser que la compañía quiera comprobar si el público aceptará las innovaciones estéticas que quiere proponer. En ocasiones, se trata de llamar la atención sobre la marca despertando la imaginación de los clientes potenciales, sin que los detalles del “concept car” vayan a derivar en los modelos de serie. A menudo también se trata de demostrar de lo que la compañía es capaz de hacer técnicamente, de su capaz innovadora.
En general, se cuenta que el primer “concept car” fue el Buick Y-Job de 1938, diseñado por Harley Earl para General Motors. Prácticamente habría sido Earl quien inventó y popularizó la práctica, pero naturalmente esto no fue así: aunque es verdad que hoy en día cuesta encontrarlos, hubo otros conceptos durante los años 30. Algunos incluso comienzan la historia en 1896. Aquel año los grandes almacenes parisinos “Le Louvre” lanzaron un concurso para elegir los mejores diseños innovadores para los entonces modernísimos carruajes sin caballos. La competición estuvo abierta para todo tipo de artistas, ya fueran pintores, escultores, arquitectos o carroceros. Pero el jurado quedó decepcionado con los participantes y no otorgó todos los premios previstos. Aunque sí eligieron un ganador, al que ofrecieron 500 francos.
Esto es lo que comentaron acerca de la maqueta vencedora: “El jurado se alegró de ofrecer un premio de 500 francos al modelo n. ° 22. Se intuye que esta especie de proyectil o catapulta móvil, diseñado para cortar el aire, está bastante desarrollado y sería capaz de devorar el espacio. Colocado en altura, como el oficial de guardia en el puente de su barco, el conductor no se distrae con la conversación de los pasajeros. Si el creador de este proyecto hubiera dado rienda suelta a su imaginación (!), por muy falta de poesía que pudiera ser su concepción, no hay duda de que este artista verdaderamente talentoso habría sido recompensado con una medalla. Él es el único que ha manifestado un deseo a medias de dejar los caminos trillados en los que estamos confinados y romper viejos moldes”.
No sabemos qué habría dicho el jurado de los “concept cars” que vienen a continuación, pero desde luego, no se puede decir de ellos que a su lanzamiento fueran convencionales.
Imagen de portada: composición propia, los derechos de las imágenes originales así como todas las del artículo son propiedad de los fabricantes y/o casas de diseño.
DH