Sumérgete por unos minutos en el glamuroso mundo del Art Deco y el Streamline Moderne con algunos de los automóviles más fascinantes y llamativos de la historia
Empuñando con fuerza el volante con la mano izquierda, con la derecha reduce una marcha y comienza a adelantar al Ford T que tiene delante. Circulando a paso de tractor, el granjero apenas tiene tiempo de ver pasar el descapotable verde brillante. Pero sí el suficiente para indignarse al ver a los mandos a una joven de no más de veinte años que sonríe con aires de superioridad, luciendo sombrero tipo casco sobre el pelo corto, al cuello un pañuelo ondeando al viento.
En un segundo el Stutz se pierde a lo lejos dejando un reguero de polvo y al anciano no le queda más que toser y seguir su camino, no sin antes maldecir una vez más los rugientes años veinte. La mujer liberada, dinámica y hedonista es una de las figuras clave de esta década dorada que una vez terminada la Gran Guerra vendrá cargada de cambios.
Y es que el conflicto ha dejado secuelas más allá de los millones de muertos y heridos. En Europa han desaparecido hasta cuatro imperios y un quinto, el británico, se tambalea por la enorme deuda – adquirida precisamente con Estados Unidos, el país que está asumiendo el protagonismo económico y cultural…
El Art Deco de los rugientes años ’20
Este ambiente de alivio, renovación y nuevas libertades invita a disfrutar de la vida mientras el teléfono, la radio, el cine, el avión y también el automóvil despiertan la fascinación por la tecnología y todo lo moderno. Y son éstas las circunstancias que llevan al éxito del diseño práctico y racional, aunque no carente de elementos ornamentales: el Art Deco, Art Déco en francés, pronunciado siempre Art Decó.
Surgido en Francia justo antes de la guerra, recibió su nombre definitivo en la década de los ’60 pero, aunque se ve como un estilo cohesionado, en realidad el Art Deco es una mezcla, un pastiche de muchos estilos, a veces contradictorios entre sí. Se caracteriza ante todo por la verticalidad, la simplificación de las formas en su esencia geométrica, los patrones decorativos en ángulos rectos y el uso de colores ricos, saturados y brillantes.
En general combina la artesanía más exquisita en madera y marfil con materiales modernos como el aluminio y toma elementos de países lejanos como China o la India y civilizaciones perdidas como la Maya o el antiguo Egipto. Y finalmente, el Art Deco vive por y para el lujo, el glamour y la exuberancia, que tiñen los salones de primera clase de viviendas, cruceros y trenes, donde encuentran soslayo los más ricos del momento.
Fue también en esta época cuando se extendió la idea del coche como símbolo de estatus social, así que su apariencia tampoco escapó a la tendencia del momento. Los diseños de los coches de lujo en estos años son visualmente impactantes pero sencillos en su esencia, con lineas claras, sinuosos guardabarros, tremendas calandras verticales, laaargos capós, colores chillones y decoración propia del estilo.
Un estilo extrovertido y optimista, acorde con los tiempos. De hecho, para muchos visionarios, el progreso tecnológico llevaría en volandas al mundo hacia la prosperidad universal… Pero la fiesta duraría poco, concretamente hasta el crash de 1929 en Wall Street.
El Streamline Moderne de los años ’30
Siguieron los años de la Gran Depresión y enseguida el primer Art Deco, con su fina artesanía, materiales ricos y ornamentación, se quedó obsoleto. Por supuesto que seguiría habiendo ricos en el mundo pero ante los niveles de pobreza y desesperación general, ya fuera por obligación o por convicción, los que quedaron se tornaron más discretos y menos ostentosos.
Se impusieron entonces las tesis de la corriente modernista del Art Deco, que venían buscando democratizar el estilo, simplificándolo y buscando materiales más baratos y la producción en masa. De repente, llegaba la sobriedad y la tecnología moderna cada vez influía más en el diseño, de manera que es la forma la que debe seguir a la función. Esta tendencia, evolución del Art Deco, surgió en EEUU y recibió el nombre de “Streamline Moderne”.
Este nuevo estilo se inspira en el diseño de aviones y barcos. Se va prescindiendo por tanto de la geometría del Art Deco, sustituyéndola por formas aerodinámicas, curvas suaves y líneas horizontales que sugieren velocidad.
Además, dada la situación económica y social se va extendiendo el gusto por los colores menos estridentes, más tonos pastel, el blanco y el negro. Y se consolidan materiales que dan más libertad a los diseñadores, como el hormigón armado, el acero inoxidable, el plástico, la bakelita y la formica.
Al mismo tiempo, en estos años se desarrollan la publicidad y el diseño como formas de vender. A pesar de las dificultades económicas o precisamente debido a ellas, diseñadores industriales como Bel Geddes o Raymond Loewy se dedican a hacer atractivos los productos de consumo y el nuevo estilo “aerodinámico” se aplica incluso a objetos que no se mueven, como radios o neveras.
Por su parte, los fabricantes de automóviles también entran en una competencia feroz por ganar el favor del público. Y toda vez que el progreso tecnológico ya no es tan vertiginoso, encuentran en la estética su principal argumento. Lo expresó de forma visionaria en 1928 el estilista Amos E. Northup en la revista Autobody: «Las prestaciones se sobreentienden, son un prerrequisito… Todo vendedor es consciente de que hoy en día sus argumentos de venta deben estar dirigidos en la línea de la belleza y la comodidad”.
Así que carroceros y fabricantes siguen poniendo las carrocerías más bellas y extravagantes a disposición de los ricos y famosos, pero al mismo tiempo, en esta ocasión las innovaciones y la creatividad fueron permeando también a los coches del ciudadano medio. La producción en masa hace muy dinámico el diseño de coches y acelera su evolución, especialmente desde que en General Motors se introduce el concepto de la obsolescencia programada, ofreciendo cada año al público un modelo renovado que convierte instantáneamente al del año anterior en viejo y olvidable.
Pero tampoco esta época duró mucho, ya que terminaría abruptamente con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, tras la cual nada volvería a ser igual. A partir de los años cincuenta se impondría el Estilo Internacional de arquitectos como Le Corbusier y Mies Van der Rohe y sus nuevos cánones estrictamente funcionales y carentes de florituras afectarían al diseño en general.
Y aunque durante los años ‘50 seguiremos encontrando elementos del Streamline Moderne en los automóviles, en general su apariencia seguirá un camino bien diferente. Pero eso ya es otra historia, por ahora volvamos a evocar a la joven del principio disfrutando de la velocidad en una tarde soleada a bordo de cualquiera de estas gloriosas maravillas sobre ruedas que dejo a continuación para vuestro deleite…
Galería de imágenes: del Art Deco al Streamline Moderne
Las fotos van en orden cronológico para que se pueda apreciar la evolución del diseño desde las líneas geométricas del primer Art Deco hasta las preciosas curvas del Streamline Moderne más audaz.
DH