Comprueba cómo con el Volvo Amazon la marca forjó su fama de producir coches sólidos, fiables y seguros, y es que con él los suecos ¡lo hicieron todo bien!
Hay marcas de coches que necesitan décadas para labrarse una imagen, reputación y (no digamos ya) leyenda. Algunas alcanzan con tiempo uno o dos de estos objetivos pero los suecos lograron los tres con un solo modelo, el Volvo Amazon. ¿La receta? Sencilla: ya fuera durante el proyecto, en el lanzamiento o la promoción, el equipo de Volvo lo hizo TODO bien.
Para empezar, diseñaron una bonita carrocería, elegante, atemporal, variable y con un toque deportivo, con ese robusto pero dinámico frontal con el radiador partido y las aletas traseras apenas esbozadas. A esto se añadía un interior que parecía sacado de un Mercedes y unos innovadores dispositivos de seguridad y todo el conjunto coronado con la legendaria longevidad, fiabilidad, solidez que forjarían la identidad de la marca.
Quizás el nombre sorprenda a alguno, y es que el Amazon sólo pudo llevar su atrevido nombre en Escandinavia, ya que en la mayoría de países una empresa de ciclomotores tenía el apelativo registrado, teniendo que recurrir la marca a las denominaciones 121 ó 122 (uno o dos carburadores respectivamente) o 220 para la carrocería familiar.
Aún así, esto no fue un problema a la hora de venderlo fuera: se exportó el 60% de la producción, comercializándose en más de 70 países y montándose también en Bélgica, Sudáfrica y Canadá. Para ello, los suecos buscaron venderlo primero a diplomáticos, soldados y turistas, que luego contarían las bonanzas del coche en sus países, especialmente en EEUU, lo que cimentó las ventas en Norteamérica durante décadas… hasta hoy. Ya os digo: TODO bien.
Y las bonanzas del coche eran muchas. Desde finales de los ’50 los suecos ya llevaron a cabo pruebas de colisión para reforzar la carrocería en las zonas adecuadas y desde 1958 el Amazon llevó cinturones de seguridad de tres puntos y un poco más tarde los mal llamados reposacabezas – deberían llamarse recogecabezas, no?. Ya entonces aplicaron también medidas contra la corrosión en la carrocería, con lo que en principio el óxido tampoco fue problema.
Finalmente, a la manera moderna pero con décadas de antelación se lanzaron versiones especiales para mantener viva la llama, por ejemplo con el 123 GT con motor de 103 CV o el 122 SR con 128 CV. Desde 1961 se fabricó la versión de dos puertas y desde 1967 la versión familiar – el primero de una larga saga de Volvos familiares sólidos como cajas fuertes. Sí, sí, ya lo veis: TODO bien.
Epílogo
En 1970 se acabó la producción tras 670.000 unidades… 14 años durante los cuales el diseño prácticamente no cambió (las diferencias hay que buscarlas en el radiador y en el tirador del maletero). Pero no acabó ahí la cosa porque el indestructible Amazon siguió siendo mucho tiempo un coche más en las calles de medio mundo, para luego seguir dando guerra como clásico con el que rodar a diario – totalmente recomendable, por cierto.
DH