Lamborghini Countach | Auto Storica

No tan exclusivos…


El carisma de muchos de nuestros sueños sobre ruedas proviene de elementos de automóviles mucho más humildes, demos un repaso a los casos más destacados…

El excelente Volkswagen Corrado ya se está convirtiendo en un clásico por derecho propio. Con un chásis que enamora, el precio en su día fue demasiado alto para muchos. Así que tras 97.521 unidades fabricadas entre 1989 y 1995, la compañía dijo basta. Sin embargo, sus retrovisores acabaron en el McLaren F1, un superlativo en todos los sentidos del que sólo se hicieron 106 unidades. ¿Precio? Un millón de dólares, frente a los 30.000 del Corrado. ¿Consumo? 39 litros/100 km frente a los ocho del alemán. ¿Coste de la revisión? 30.000 dólares frente a… 300.

Fotos: VW, Tom Hartley Jnr

El Venturi es (fue) un deportivo francés del que se hicieron tan sólo 188 unidades entre 1989 y 1996. Como todo fabricante pequeño, sus creadores tuvieron que recurrir a piezas de gran serie porque fabricar unas propias era económicamente inviable. Así que aquí tenemos el motor del Renault 25 Turbo, las ventanillas del Renault Fuego, los retrovisores del Citroën CX (ya hablaremos de esto), los “limpias” del Mercedes 190, los intermitentes delanteros del Renault 5 y… curiosamente, los por entonces ya antiguos pilotos traseros del primer BMW Serie 3, el E21, fabricado entre 1975 y 1983.

BMW Serie 3 E21 & Venturi
Foto superior: BMW

Los retrovisores más bellos

Los diseñadores de elementos para coches viven una vida discreta, condenados al anonimato mientras sus colegas responsables de la carrocería se llevan todas alabanzas – o los palos, según el caso. Aún así, la persona que diseñó los retrovisores del Citroën CX debe estar muy orgullosa. Porque aparte de lucir en los miles de CX de segunda serie fabricados entre 1985 y 1991, este elemento o elementos (el izquierdo y el derecho) recalaron en un puñado de deportivos variados: el ya mencionado Venturi (188 unidades entre 1989-96), el Lotus Esprit (todos los fabricados entre 1987 y 2004), el TVR Chimaera (1992-2003), el Jaguar XJ220 (las 281 unidades fabricadas entre 1992 y 1994), el Aston Martin DB7 (las 7.000 unidades fabricadas entre 1994 y 2004) y finalmente las 1.800 unidades del Renault Sport Spider fabricados entre 1996 y 1999.

Función y carisma

Los británicos siempre han sido los grandes especialistas en fabricar coches en series pequeñas. Así que al otro lado del Canal de la Mancha encontramos jugosos ejemplos de coches exclusivos que compartían piezas con marcas mundanas. El donante en este caso fue el muy querido Rover SD1, del que se fabricaron 303.345 unidades entre 1976 y 1986, cuyos pilotos traseros figuraron en el Lotus Esprit desde su lanzamiento en 1976 hasta el final de producción del S3 en 1987. También los lucieron los TVR Tasmin y 280i fabricados entre 1980 y 1984.

Un poco más tarde, en 1988, el grupo Rover era privatizado y vendido a British Aerospace. Como novedad, en 1989 se lanzaba el Land Rover Discovery pero dada la situación económica nada halagüeña había que tirar de recambios de la casa. En este caso el carácter de la trasera del Discovery estaría determinada por los pilotos de la versión furgoneta de dos puertas del Austin Maestro, fabricado entre 1982 y 1991.

Austin Maestro Van & Land Rover Discovery

Aquellos tiradores inusitados

Pero mucho antes ya se habían dado casos de “préstamos” de piezas entre empresas inglesas. Como contábamos en este artículo, desde la segunda guerra mundial las marcas británicas se habían ido agrupando en una serie de fusiones y adquisiciones. Para 1968 la British Leyland era la propietaria de (coged aire…) Morris, MG, Wolseley, Riley, Austin, Vanden Plas, Austin Healey, Jaguar, Daimler, Rover, Land Rover, Standard, Triumph y Mini. Compartir piezas era indispensable para ahorrar gastos y una muy representativa fue este tirador que acabó en modelos tan variados como el Morris Marina (1971-80), por cierto, uno de los peores coches fabricados en la rubia Albión. También los lució otro símbolo de la decadencia de la industria británica, el Austin Allegro (642.350 unidades entre 1973-82), aunque también los encontramos en otros más atractivos como el Triumph TR7 (112.368 unidades entre 1974 y 1981), el primer Lotus Esprit, el S1 (1976-78), el primer Range Rover (1970-96) e incluso aún en el Land Rover Discovery (1989-98), aunque para entonces ya prescindían del cromado.

Más allá de los Alpes

En Italia también hubo por supuesto algunas marcas fascinantes con producción artesanal, hasta que la crisis del petróleo de 1973 acabó con casi todas. Pero antes habría tiempo para que las 400 unidades del Iso Grifo fabricado entre 1963 y 1974 lucieran por la “autostrada” una trasera dinámica en cuyo diseño los pilotos jugaban un papel fundamental. Y su origen esta vez no era un utilitario cualquiera sino otro deportivo, aunque más humilde: el Alfa Romeo de la serie 105 y 115 fabricado entre 1963 y 1977, es decir, los Giulia Sprint, 1750 y 2000 GT Veloce y los GT 1300 y 1660 Junior.

Alfa Romeo 1300 GT & Iso Grifo | RM Sotheby's
Fotos: RM Sotheby’s

Alfa Romeo también fue el donante de los pilotos traseros de uno de los supercoches más carismáticos que han surcado el asfalto en las últimas décadas. A primera vista no son nada espectaculares pero gracias al talento de los diseñadores italianos de la época dieron toneladas de carácter a dos maravillas. Primero al donante, el Alfa Romeo Alfetta tipo 115, del que se hicieron 448.417 unidades entre 1972 y 1984. Y en segundo lugar, al Lamborghini Countach, del que se hicieron 2.049 unidades desde 1974. Hasta la última unidad fabricada en 1990, el supercoche con la trasera más original, brutal y carismática llevó aquellos pilotos.

Alfa Romeo Alfetta & Lamborghini Countach | Alfa Romeo, Auto Storica
Fotos: Alfa Romeo, Auto Storica

El sol naciente

Más ejemplos de piezas humildes en deportivos carísimos nos han dejado los japoneses. Los pilotos traseros del excelente Toyota Corolla AE86 (1983-87), también conocido según el mercado como Levin GT, Corolla Levin o Sprinter Trueno (cosas del marketing) acabaron en el Lotus Esprit S4, del que se hicieron 10.675 unidades entre 1993 y 2004.

Toyota Corolla AE86 & Lotus Esprit | Toyota UK, Lotus
Fotos: Toyota UK, Lotus

Otro fabricante japonés, esta vez Mazda, suministró elementos para el Aston Martin DB7. Ambas empresas estaban controladas por Ford en la época, así que los americanos promovieron compartir piezas. La situación económica de Aston Martin (qué raro) no era muy buena por entonces, así que tuvo que recurrir a muchos elementos prestados. Los pilotos traseros del Mazda 323F (1989-95) le quedaban de fábula…

Mazda 323F & Aston Martin DB7
Fotos: Mazda, Aston Martin

…pero quizás con los sencillos tiradores interiores del primer Mazda MX-5 (1989-95) fueron un poco demasiado lejos para un coche que costaba siete veces más.

Mazda MX-5 & Aston Martin DB7

Seguimos en las islas

En general no fue una época fácil para el fabricante inglés, que antes ya había tenido que recurrir a elementos foráneos. Las 1.050 unidades del Aston Martin Virage fabricado entre 1989 y 2000 equiparon piezas provenientes de General Motors, Jaguar y Ford, como la columna de dirección, los mandos del aire acondicionado y el resto de interruptores interiores. Aunque luego para el exterior se contactó con el grupo Volkswagen, que suministró los pilotos delanteros del Audi 200 (93.594 unidades entre 1988 y 1991)…

Audi 200 & Aston Martin Virage | Audi, Aston Martin
Fotos: Audi, Aston Martin

y los traseros del Volkswagen Scirocco (291.497 unidades entre 1981 y 1992).

Volkswagen Scirocco & Aston Martin Virage | VW, Aston Martin
Fotos: VW, Aston Martin

El último ejemplo británico que os voy a dejar antes de ir acabando es el del Jaguar XJ220 del que se hicieron 281 unidades entre 1992 y 1994. Como ya hemos visto, los preciosos retrovisores exteriores del CX le quedaban de fábula. Pero para los pilotos traseros sus diseñadores no se rompieron la cabeza y fue suficiente la funcionalidad del los del Rover 200 de segunda generación (1989-95).

Toyota Corolla AE86 & Lotus Esprit | Toyota UK, Lotus
Fotos: Jaguar Land Rover, Rover

Epílogo

Finalmente, vamos a terminar con algunas de las traseras más emblemáticas del automovilismo mundial. Casi todos las identificaríamos como italianas y las calificaríamos de bellas y dinámicas al mismo tiempo. Pues bien, aunque cada una tiene su carácter bien marcado, todas comparten los pilotos de los Alfa Romeo 1750 y 2000 Berlina, de los que se hicieron 191.723 unidades entre 1971 y 1977. Estos ilustres compadres fueron los Maserati Ghibli, Khamsin, Bora y Merak, el Lamborghini Espada y los De Tomaso Longchamp y Pantera, todos reconocidos (y cotizados) iconos deportivos.

También para ellos sus creadores recurrieron en su día a elementos humildes que usados de manera hábil dieron gran parte de su carisma a nuestros sueños sobre ruedas.

DH

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