El innegable vínculo entre los automóviles y la aviación me sirve esta vez de excusa para traeros algunos clásicos que surcaron los cielos…
Escribiendo artículos sobre nuestro queridos coches clásicos me he encontrado no pocas veces con alusiones a los aviones, ya que los vínculos entre ambas industrias son numerosos. Durante la Primera Guerra Mundial, muchas empresas automovilísticas se dedicaron a fabricar motores para la aviación militar. Fueron los casos de Fiat, Renault, que fabricó motores V8 para la fuerza aérea francesa, Rolls-Royce, que hoy en día es el segundo fabricante mundial de turbinas o la Hispano-Suiza, que también se convirtió en un referente para motores de aviación.
En los años 20, terminada la guerra, otras empresas siguieron el mismo camino, como la catalana Elizalde, fabricante de automóviles desde 1915 y que en 1926 pasó a producir exclusivamente motores de aviación. O como Ford, cuyo Trimotor apodado “Tin Goose” fue uno de los mejores aviones de su época, aunque su avioneta monoposto fue un desastre y la razón de que la compañía dejara el sector. Incluso Ettore Bugatti llegó a diseñar un avión, el Modelo 100, aunque no lo pudo estrenar debido al estallido de la guerra en 1939.
Otras veces ocurrió al revés, como en el caso de BMW: la empresa bávara comenzó fabricando motores para aviones y no fue hasta 1923 cuando desarrolló su primera motocicleta y hasta 1928 cuando comenzó a fabricar automóviles tras la adquisición de la Fahrzeugfabrik Eisenach, el fabricante de la marca Dixi.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el fin del conflicto llevó a algunas empresas aeronáuticas a reconvertirse, como el fabricante de aviones sueco Saab, que en 1948 lanzaba su primer automóvil, el Saab 92. También hizo lo propio la Bristol Aeroplane Company, aunque en este caso se optó por fabricar coches de lujo. Y también las alemanas Messerchmitt y Heinkel, las cuales, al serles prohibido construir aviones durante diez años, decidieron aventurarse en el mundo del automóvil fabricando sendos microcoches.
Y terminamos este rapidísimo repaso con Armstrong-Siddeley, la empresa británica que durante décadas compaginó la fabricación de motores para la aviación con la de automóviles de alta gama. Su producto aeronáutico más famoso fue el Hawker Siddeley Harrier, el primer caza bombardero capaz de despegar y aterrizar verticalmente.
Pero al margen de todo esto, es innegable que la industria aeronáutica ha influido durante décadas en el diseño de automóviles, especialmente desde los años 30 con la llegada del Streamline Moderne, la evolución del Art Deco que tomaba como inspiración elementos aerodinámicos de los aviones.
También desde esta época y hasta nuestros días es notoria la transferencia de tecnología aeronáutica a la hora de diseñar coches de competición, ya sea buscando menor resistencia al aire o usando materiales como el aluminio o técnicas como la de las estructuras tubulares que aligeren el peso.
En resumen, hoy estos lazos me sirven como excusa para cambiar de tercio y traeros aviones, muchos aviones, pero no unos cualquiera sino algunos de los iconos de la aviación. Eso sí, me voy a ceñir a los civiles para el transporte de pasajeros, ya que si no el artículo se haría interminable – quizás más adelante decida hacer una segunda parte con los militares. Vamos allá…
Wright Flyer (1903)
Por supuesto, el Wright Flyer fue “la primera máquina motorizada, más pesada que el aire, en lograr un vuelo controlado y sostenido con un piloto a bordo”, según lo describe el Instituto Smithsonian. Diseñada por los hermano Wright, voló cuatro veces el 17 de diciembre de 1903 al sur de Kitty Hawk, en Carolina del Norte, aunque igual de importante fue su vuelo en el campo de vuelo de Le Mans en 1908, inspirando también en Europa el comienzo de una nueva era de los pioneros de la aviación. Sólo se hizo uno, el que voló en 1903.
Spirit of St. Louis (1927)
La aviación fue progresando de forma vertiginosa y en 1927 Charles Lindbergh ya realizaba el primer vuelo transatlántico sin paradas a bordo de su Ryan NYP, apodado “Spirit of St. Louis”. Habiendo despegado del Roosevelt Airfield en Nueva York, Lindberg estuvo volando durante 33 horas y 30 minutos antes de aterrizar en el Aeropuerto de Le Bourget, en Paris.
La hazaña supuso en fuerte espaldarazo para la aviación que vio cómo ese mismo año se cuadruplicaba el número de aviones en EEUU. Sólo se hizo uno, el que voló en 1927.
Dornier Do X (1929)
Calificado por muchos como uno de los aviones de pasajeros más bonitos de todos los tiempos, el Dornier Do X fue también el más grande en surcar los cielos en el periodo entre las dos guerras mundiales, sólo superado en tamaño (pero no en peso) por el soviético Tupolev ANT-20. Pero seguro que el Tupolev no ofrecía el grado de lujo que se vivía a bordo del Dornier, con sala de fumar, bar, salón-comedor y asientos (convertibles en camas) para 66 pasajeros. Se hicieron tan solo tres unidades desde 1929.
Douglas DC-3 (1936)
Mi icono de la aviación preferido! Con el legendario DC-3 la aviación civl comenzó a ser realmente rentable y lo veréis en innumerables películas históricas, cómics y fotografías de época. Además, se usaría profusamente en la Segunda Guerra Mundial en su versión militar – al parecer, en el desembarco de Normandía intervinieron hasta un millar de ellos.
Finalmente, su fiabilidad y fácil mantenimiento alargaría la vida útil de muchísimas unidades, floreciendo durante los años de la posguerra y más allá un mercado de segunda mano. Se hicieron 607 unidades para uso civil entre 1936 y 1942 y hasta 16.000 para uso militar.
Boeing 314 Clipper (1938)
Siguiendo un poco la estela (nunca mejor dicho) del Dornier Do X, el Boeing 314 “Clipper” fue uno de los aparatos más grandes de su época. Usado como el alemán en vuelos de larga distancia, con su glamuroso salón-comedor (con chef de alta cocina incluido) el Clipper ofrecía un lujo a bordo al estilo de los icónicos transatlánticos de la época. Se hicieron 12 unidades entre 1938 y 1941.
Piper J-3 Cub (1938)
Muchos establecen paralelismos entre el J-3 y el Ford T y no es para menos. Considerad las unidades producidas de los aviones que hemos visto hasta ahora y comparadlos con las casi 20.000 unidades que se vendieron de éste – sobre todo en su versión militar conocida como L-4 Grasshopper. Concebido como avión de entrenamiento, se cuenta que el 80% de los pilotos americanos de la guerra recibieron entrenamiento en un Piper J-3.
Pero ademas, su simplicidad, maniobrabilidad y bajo precio lo convirtieron en una de las avionetas más populares de todos los tiempos. Su característico color estándar se conoce como “amarillo Cub” y miles de ellos sobreviven aún hoy en día. Se hicieron 19.888 unidades en EEUU, 150 en Canada y 253 planeadores entre 1938 y 1947.
Lockheed Constellation (1943)
Apodado cariñosamente “Connie”, éste fue quizás el primer avión de pasajeros con cabina presurizada. Esta característica fue toda una novedad tras la guerra y permitió a los aviones operar a mayor altura, pudiendo volar así por encima de las zonas de mal tiempo. El Constellation surgió por encargo de Howard Hughes, que compró las primeras 40 unidades para la TWA, línea que pudo así expandir sus operaciones a Europa y Asia.
Con su atractivo fuselaje que recuerda a un delfín, es además un aparato de una gran belleza, que evoca la época dorada de los viajes en avión. Las evoluciones recibieron los nombres de Super Constellation y Starliner, respectivamente. Se hicieron 856 unidades entre 1943 y 1958.
Douglas DC-6 (1946)
El DC-6 se concibió como avión militar pero el proyecto se redirigió al uso civil para competir con el Constellation en vuelos de larga distancia. Muchos de ellos sobreviven hoy en día como aparatos de carga o en misiones de lucha contra incendios. Se hicieron 704 entre 1946 y 1958.
de Havilland DH 106 Comet (1949)
El Comet fue el primer avión diseñado para vuelos comerciales con motores a reacción. Diseñado y construido por la empresa británica de Havilland, este avión presenta un diseño muy limpio con los reactores integrados y (en un principio) con grandes ventanillas cuadradas.
Sin embargo, en los primeros meses de su comercialización se estrellaron tres aparatos y aunque se corrigieron los fallos (incluyendo un rediseño de las ventanillas que luego fueron ovales) las ventas nunca se recuperaron totalmente del bache inicial, sobre todo ante la feroz competencia del Douglas DC-8 y sobre todo del Boeing 707. Se hicieron 114 entre 1949 y 1964.
Boeing 707 (1958)
Quizás el Comet fuera el primero, pero corresponde realmente al Boeing 707 el honor de haber comenzado la era de los reactores en vuelos comerciales. Esta máquina dominó el mercado en los años sesenta y seguiría siendo muy popular en los setenta, dando además comienzo a la sucesión de éxitos de la serie 7X7 de Boeing.
También hay que mencionar que con este aparato se establecieron muchas características que luego se convertirían en estándar en los grandes aviones de pasajeros modernos, como la colocación de las puertas de pasajeros en el lado izquierdo delante y detrás. Se hicieron 1.010 unidades entre 1958 y 1979.
Cessna 172 (1956)
Os presento el avión más vendido de la historia y por tanto un tremendo icono de la aviación: la Cessna 172 “Skyhawk” o “Águila del cielo”. Lanzada en 1956, esta avioneta se sigue fabricando hoy en día, algo que sería impensable en el mundo de la automoción. Y ello a pesar o precisamente debido a sus modestas prestaciones y sencillez, que la convierten en el aparato ideal para las escuelas de aviación, los pilotos que se están iniciando y en general realmente para cualquiera. Se han hecho más de 44.000 desde 1956.
Learjet 23 (1964)
Partiendo de un proyecto frustrado de caza militar, a principios de los años sesenta Bill Lear intuyó que había un mercado emergente para pequeños reactores privados y así fue: su Learjet se convirtió en el primer reactor para ejecutivos – millonarios, claro. Tanto fue así que durante años la marca se usó como nombre genérico para este tipo de aviones, al igual que pasó con el Jeep para los todo-terreno, un logro al alcance de pocos. Se hicieron 101 unidades entre 1964 y 1966.
Concorde (1965)
Gracias a sus turbo reactores, el Concorde fue durante años el avión de pasajeros más rápido del mundo, siendo capaz de alcanzar una velocidad de 2.180 km/h, aunque debido al sonido de explosión emitido al superar la velocidad del sonido, sólo se le permitió volar sobre zonas deshabitadas, es decir, sobre el océano, lo que limitó las rutas por las que estuvo prestando sus servicios. Además, el consumo de combustible era enorme, aunque, estas desventajas no impidieron que Air France y British Airways fueran capaces de explotarlo de manera más o menos rentable.
Esto fue gracias a que los billetes se vendían a precios altísimos, que algunos privilegiados pagaron a cambio de volar desde Londres o Paris a Nueva York en unas tres horas. Su único competidor, el Tupolev TU-144 soviético, transportó pasajeros a velocidades similares tan sólo durante tres años, entre 1975 y 1978. Se hicieron 20 unidades entre 1965 y 1979 y estuvo en servicio hasta 2003.
Boeing 747 (1969)
Y terminamos nuestro recorrido por algunos iconos de la aviación con el venerable “Jumbo Jet”. Para la aerolínea Pan Am, el lanzamiento del Boeing 707 a finales de los años cincuenta no fue sino un acicate para pedir un avión de pasajeros que tuviera nada menos que dos veces y media su tamaño. Lo que en principio parecía una locura finalmente se elevó de la pista en febrero de 1969, con su original escalera de caracol que llevaba a la planta de arriba, donde los pasajeros de primera clase viajaban como en crucero, incluyendo hasta un servicio de barbacoa a bordo.
Con los años se perderían algunos de estos lujos pero el 747 es historia viva de la aviación, ya que al escribir este artículo aún sigue fabricándose, estando previsto que las últimas unidades se entreguen en 2022. Y eso que el diseño original se había hecho sin ayuda de ordenadores, basándose en 75.000 bocetos hechos a mano y una maqueta en madera a tamaño natural para verificar que las piezas encajaban. Se han hecho más de 1.550 unidades desde 1968.
DH
Aquí tienes las fuentes con muchos más iconos de la aviación:
Popular mechanics: «The 30 Most Important Airplanes of All Time»
Britannica.com: The aeronautical infrastructure
Wired: Smithsonian List of History’s Most Important Planes Misses a Few
The Telegraph: The 18 most important aircraft of all time