Son un elemento tan ornamental como funcional pero sobre todo las llantas clásicas levantan pasiones, así que ya era hora de dedicarles este homenaje…
Decía el filósofo francés Roland Barthes que los coches son un objeto puramente mágico, pero también pueden serlo ciertas partes de los coches. De hecho, hay un elemento en particular que levanta pasiones, los ojos siempre se nos van a ellas y generan las discusiones más animadas. En principio serían un accesorio funcional pero cuando un objeto material genera tanta devoción hablamos ya de fetichismo. Me refiero a las llantas clásicas.
La palabra fetiche proviene viene del portugués “feitiço” que significa “hechizo”. Y en verdad que las llantas encandilan y un coche precioso puede arruinarse si montas las equivocadas. Y viceversa: si aciertas son la guinda del pastel. Así que dada su trascendencia, aquí va un artículo dedicado a las llantas clásicas más significativas. Aunque salvo excepciones no hablamos aquí de cualquier llanta sino de aquellas que llamamos “de aleación”.
Las llantas empezaron (ejem…) a rodar a finales del siglo XIX con la invención del neumático. Las primeras se componían de dos piezas de acero: un aro que sujetaba el neumático y un disco metido dentro del aro que iba unido al eje por su centro. En un principio fueron muy populares las de acero, ya fueran de disco o con radios, pero llegó Ettore Bugatti para cambiar la historia…
Bugatti: las primeras llantas de aleación
En 1920 un tal Harold Arminius Miller patentó un sistema para fabricar llantas de aluminio por fundición, aunque se quedó sin medios financieros para desarrollar la idea y hubo que esperar a 1924. En ese año, Ettore Bugatti aplicó el método de Miller sobre un diseño propio, creando para su Tipo 35 la primera llanta de aluminio.
La primera carrera, el Grand Prix De Lyon, fue un fracaso debido a que el neumático se salió de la llanta pero Bugatti persistió y enseguida las nuevas ruedas le dieron la ventaja que buscaba en la competición. Aparte de pesar menos, su novedoso diseño mejoraba la ventilación de los frenos y aportaba más eficiencia y mejoras en la maniobrabilidad y la dirección y el Bugatti Tipo 35 (y sus evoluciones) es aún hoy en día el coche de competición más exitoso de la historia.
Rudge-Whitworth: las llantas con llave central
En los años de los pioneros del automóvil, cambiar las ruedas era una actividad bastante (demasiado) habitual debido a la calidad de los primeros neumáticos. El proceso era muy tedioso y complicado ya que se debía hacer quitando el neumático sin desmontar la rueda del coche. La solución llegó en 1908 de la mano de la compañía Rudge-Whitworth, que en ese año patentó y comenzó a fabricar unas ruedas desmontables mediante un sistema de una sola llave central.
El nuevo sistema permitió poder quitar la rueda rápidamente, lo que dio una ventaja clave en las carreras: en ese mismo año las montaron 21 de los 35 participantes en la carrera TT de la Isla de Man y para 1913 todos los equipos de Grand Prix. Los derechos del sistema “Rudge” con cierre central sería adquiridos por Jaguar tras la Segunda Guerra Mundial y seguiría fabricándose prácticamente de la misma manera hasta bien entrada la década de los 60, tanto por la marca británica como por otras bajo licencia.
Pronto Rudge-Whitworth comenzó a vender licencias por todo el mundo – incluyendo Italia y en 1922 se estableció en Italia la Rudge-Whitworth Milano, que enseguida comenzó a vender ruedas con este sistema a marcas como Lancia o Alfa Romeo y más adelante a Mercedes-Benz y Auto Union. En los años 30 Benito Mussolini llevó a cabo una campaña dirigida a italianizar los nombres de las empresas y ésta cambió el suyo por uno que incluía el apellido de su fundador. Nació así la Ruote Borrani S.p.A., que en esta época también empezó a fabricar los aros en aluminio. Entre 1946 y 1966 todos los Ferrari se equiparon con Borrani, aunque la marca de Maranello no fue la única: la compañía también fue proveedora de Lamborghini, Alfa Romeo, Maserati, Facel Vega o Aston Martin y sigue en activo en hoy en día.
Las “Rudge” alemanas de KpZ
Es curioso pero en Alemania las ruedas de radios nunca tuvieron la aceptación que encontraron en Inglaterra o Italia. Sin embargo, por otro lado el sistema de cierre central único sí que se veía lógicamente como una solución eminentemente práctica. Partiendo de esta premisa, desde mediados de los 50 la empresa Kronprinz de Solingen (conocida mejor como KpZ por su logo) ofreció una rueda diseñada a partir de sus llantas estándar de acero, pero incorporando el sistema de cierre de Rudge bajo licencia.
La mayoría de las llantas fabricadas por Kronprinz con el sistema “Rudge” acabaron montadas en dos modelos emblemáticos. Ante todo, en el Mercedes-Benz 300 SL – aunque sólo en un puñado de ellos, ya que era una opción y bastante cara. Y en segundo lugar, en los Porsche 356. Hoy en día ambos modelos tienen un sobre precio si equipan estas llantas clásicas, en el caso del Mercedes se pueden incluso pagar 100.000 euros más por él.
Las ruedas de competición Dunlop
Las de Kronprinz no son el único ejemplo de alternativa a las ruedas de radios. Como fruto de la colaboración con Dunlop, los Jaguar D-Type de los años 50 montaron llantas con cierre central sólidas aunque en este caso hechas de aluminio.
La diferencia de peso respecto a las de radios que usaba la competencia fue notable y dio una cierta ventaja adicional a la marca del felino en las carreras. Esto hizo que otras marcas también llegaran a montarlas, sobre todo por ejemplo Austin-Healey.
Atención, aviso de icono: las Minilite
La reducción de peso siempre fue primordial a la hora de elegir unas buenas llantas de competición y éstas de magnesio diseñadas a principios de los 60 para los Mini de competición, son unas de las más icónicas de la lista. En un principio con sus minúsculas dimensiones de 10 pulgadas, pero siempre con sus ocho radios, tras debutar en circuito en 1964, enseguida dieron el salto a los Mini de calle y posteriormente a otros modelos.
Con el tiempo las Minilites se fabricaron en aleaciones de magnesio y también aluminio, siendo usadas por equipos en todo el mundo, desde rallies en Europa hasta el campeonato Trans-Am en EE.UU. Hoy en día la empresa sigue fabricándolas, aunque desde hace décadas han salido decenas de imitaciones más o menos logradas.
Stars in USA: las Halibrand
Las llantas de cinco radios son ya atemporales y universales pero al parecer fue en EE.UU. donde se dieron a conocer. Y allí unas de las más legendarias son las Halibrand, sobre todo con el diseño que llaman en inglés “kidney bean” o habichuela.
Con ese diseño tan funcional, fundidas en magnesio y pintadas a menudo sólo con una base gris mate, gracias a su resistencia y (ahí está de nuevo) su cierre central, decenas de modelos de competición americanos montaron Halibrands en los años 50 y 60, desde hot-rods a dragsters pasando por bólidos de la CanAm y también los Cobra de Carroll Shelby y los Ford GT40.
Very British: las Rostyle
Aunque inspiradas en las llantas americanas Magnum 500, fue en Gran Bretaña donde estas clásicas especialmente éxito. Fabricadas por Rubery Owen (de cuyas iniciales toman su nombre), las Rostyle se diseñaron con el relieve en plata y el resto en negro para dar la apariencia de una llanta más cara de aleación pero, de hecho, eran de acero prensado,
Las Rostyle de cinco radios se montaron en los más atractivos modelos ingleses de los 60 y 70, como el Rover P5B pero sobre todo en deportivos como el MGB GT, el Ford Cortina 1600E o el Jensen FF y el Range Rover las equipó hasta 1986.
Las Fuchs para Porsche
Seguimos en los cinco radios con las Fuchs de aluminio forjado que esta marca alemana produjo para montar en el Porsche 911 desde su lanzamiento en 1966, aunque el diseño es propio de Porsche y su ingeniero Heinrich Klie.
Estas llantas clásicas se asociarían para siempre con el Nueveonce, ya que siguieron montándose durante décadas en medidas de entre 4,5 y 9 pulgadas de ancho y 14, 15 y 16 de diámetro. También las llevaron otros modelos de la marca, concretamente el 914 y el 944, así como el revolucionario NSU Ro 80 de 1967.
Las Torq Thrust M de American Racing
Estas llantas de cinco radios aparecieron en el mercado americano en los años 50 y de hecho, para muchos al otro lado del charco son las ruedas clásicas por excelencia. Hechas de una aleación de magnesio y creadas para carreras de dragsters, enseguida encontraron su sitio en todo tipo de circuitos y también especialmente en la escena “custom”.
Además, estamos ante otro diseño longevo, pues años más tarde marcarían otra época: la de los muscle cars americanos de los años 60 y principios de los 70. Así, el Pontiac GTO, el Ford Mustang y el Dodge Charger (por nombrar algunos ejemplos) fueron equipados con Torq Thrust M y quien las podía lucir se convertía en la envidia del vecindario.
Campagnolos y Cromodoras
El fabricante de bicicletas italiano Campagnolo diseñó y fabricó las llantas clásicas de los Lamborghini de finales de los 60, como el Miura o el Espada. Aquellos detalles tan especiales de los complicados diseños de Campagnolo armonizaban perfectamente con las líneas de los Lamborghini, haciendo especial contraste con las curvas del Miura.
Por otro lado, a mediados de los 60 Ferrari comenzó a ofrecer una alternativa a las Borrani de radios para sus clientes del 275 GTB con el modelo Starburst fabricado por Cromodora, aunque los vehículos de competición siguieron usando las de radios hasta 1967.
Hay que decir que estas Cromodora también se montaron con gran éxito estético en el Fiat Dino de 1966 y más tarde en versión de cinco radios en los Fiat 124 Coupé y Spider.
Las Mercedes “barock”
Llegamos ahora a otro icono: las llantas forjadas en aluminio de Mercedes-Benz que por su apariencia recibieron el apodo de “barock” o en inglés también “bundt cake” o “sombrero mexicano”. Hasta finales de los 60 la marca alemana no había considerado necesario tener en su catálogo algo tan deportivo como unas llantas de aleación: los tapacubos pintados eran lo más adecuado para sus modelos.
Pero por fin en 1970 llegaron estas llantas como para satisfacer las aspiraciones deportivas (al menos en lo estético) de sus clientes. Fabricadas por Fuchs, las “barock” estuvieron disponibles desde su introducción en 1970 hasta 1985 para la mayoría de modelos de la marca, aunque ya en 1982 se introdujeron otras con el disco plano que las irían sustituyendo.
Llantas de un sólo modelo
En los años 70 no era nada habitual, pero hubo un puñado de modelos de serie corta que tuvieron el privilegio de ser “calzados” con llantas exclusivas, todas clásicas ya. Repaso a continuación cinco ejemplos, aunque tres de ellos son de nuevo de cierto fabricante italiano, verdaderos magos de este arte. Pero antes…
Entre 1970 y 1973 Citroën ofreció como equipamiento extra para su modelo SM unas llantas fabricadas con una combinación de fibra de carbono y resina. Creadas por Michelin, estas llantas eran muy resistentes y pesaban la mitad que unas comparables de aleación.
Tras diseñar y fabricar las llantas para el Miura y el Espada, Campagnolo acertó de nuevo en pleno con las del Lamborghini Countach, aunque esta vez se trataba de encontrar un contraste con las líneas extremadamente angulosas del nuevo bólido. La solución con sus cinco cilindros es un clásico perfectamente reconocible.
Otra obra maestra de Campagnolo fue la llanta diseñada para un coche icónico, distinto a todo lo que había en la época. Fabricadas en magnesio fundido, las llantas del Lancia Stratos (apodadas “radio de ataúd”) también son únicas y se asocian inmediatamente al deportivo italiano.
Y de nuevo Campagnolo dio en el clavo con otra llanta clásica: la del BMW M1 de 1978. En realidad, la razón de que el modelo recibiera llantas italianas reside posiblemente en que en un principio el M1 fue una colaboración liderada por Lamborghini, aunque al quedarse ésta sin medios económicos tuvieron que ser lo bávaros quienes completaron el proyecto.
Para el Saab 99 Turbo de 1977 el fabricante sueco hizo diseñar unas llantas exclusivas y únicas, no disponibles en el resto de versiones. Las llantas Inca “Vano Turbo” resultan aún hoy en día de lo más “cool”, con su disco inspirado en las aspas de un compresor turbo, un diseño distinto y original y por tanto muy propio de la marca.
España, años 70: Stral, Targa, Braid y Stromberg
Aquí en España también tenemos nuestros propios iconos rodantes y relucientes. Ante todo, desde 1976 cuando Jaume Rodríguez, Pere Basols y otros socios fundaron la marca de llantas Stral y luego las legendarias Targa.
De una escisión de aquella empresa nacería en 1979 otro nombre ligado ya a la historia del deporte nacional: la marca Braid, cuyo primer juego de llantas se montó en el SEAT 124 Gr2 ganador del campeonato de España. La empresa sigue en activo hoy en día. Y por último mencionaré las llantas Stromberg fabricadas en León por la empresa Bases y Talleres del Noroeste.
Las BBS RS
Acaso con las llantas BBS RS se complete el trío de llantas clásicas más icónicas, junto a las Minilite y las Fuchs de Porsche, por ejemplo. Estas llantas multiradio de Baumgartner Brand Schiltach estaban hechas en tres piezas en aluminio con el centro forjado y el aro de fundición en dos secciones.
Imitadas una y mil veces, aunque diseñadas en 1972 estas llantas brillaron con especial fuerza durante los años ochenta, apareciendo profusamente en modelos de Volkswagen, aunque se recuerda especialmente la colaboración de la empresa con BMW para la serie 3 (E30) sin olvidar aquellos gloriosos 625 CSi…
Conclusión
Desde aquellas primeras creadas por Bugatti en 1924 la historia de las llantas clásicas de aleación nos ha dejado decenas de modelos icónicos. Sin embargo, a pesar de esta innovación temprana, hubo que esperar hasta los años 50 para que las llantas de aleación se hicieran populares en competición. Las primeras se hicieron de forja de magnesio puro, aunque este material era propenso al picado, el agrietamiento y la corrosión y además, en condiciones extremas el magnesio podía prender fuego.
Por todo esto, se fueron proponiendo aleaciones de magnesio con otros metales para compensar estos defectos, aunque finalmente se impusieron las llantas en aluminio (que es el material más usado en la actualidad) en fundición a alta o baja presión. Sea como sea, espero que este artículo sirva para dar un poco más de visibilidad a este elemento tan funcional como ornamental y… todo un objeto de fetichismo.
DH
Fuentes:
Autouniversum: A concise history of the alloy wheel
Autocar: Best looking wheels ever
Oldtimertreffen: Die ersten Alufelgen
Bugatti: Aluminum wheels as a Bugatti invention
Speedhunters: Cool collectable wheels
James Duncan Mackintosh: Fetishism and the culture of the automobile